No eres “solo” un peluquero: cómo convertir tu salón en un verdadero proyecto de futuro
- Nathalie Ariey-Jouglard

- 3 nov
- 2 Min. de lectura

Muchos peluqueros creen que su trabajo termina al lavar, secar, cortar y dejar a los perros y gatos limpios y bonitos. Pero tu salón puede ser mucho más que un lugar de peluquería: puede convertirse en un espacio de cuidado, consejo y venta que valore tu experiencia y haga crecer tu negocio.
¿Por qué limitarse solo a la peluquería?
Ya cuentas con la confianza del cliente. Cuando un dueño te confía a su mascota, te ve como un profesional de referencia.
Estás en primera línea. Ves al animal regularmente y detectas sus necesidades (piel seca, pelo frágil, sobrepeso, ansiedad…).
Tienes un espacio. Incluso un pequeño rincón de tu salón puede transformarse en un área de venta efectiva.
¿Qué puedes ofrecer además de la peluquería?
Productos de cuidado e higiene
Champús, bálsamos, sprays… seleccionados con coherencia (los usas, los conoces, los puedes explicar).
Ventaja: el cliente prolonga tu trabajo en casa.
Galletas y premios saludables
Perfectos para reforzar el vínculo con el animal y ofrecer alternativas a los productos industriales.
Puedes destacar marcas locales, artesanales o ecológicas.
Juguetes y accesorios
Juguetes resistentes, cepillos adecuados, collares y correas.
Productos que recomiendas porque sabes qué funciona de verdad según el tipo de perro o gato.
Servicios complementarios
Consejos de bienestar (alimentación, cuidado del pelo, higiene de oídos).
Talleres para clientes (sesiones de introducción al cachorro, cómo cepillar en casa).
Tarjetas regalo que combinen peluquería + productos.
Diferenciarse de las grandes cadenas y del low cost
Tu salón no es un supermercado — y eso es una ventaja.
Las grandes cadenas venden volumen y precios bajos. Tú ofreces calidad y consejo.
Los productos baratos se apoyan en la ilusión. Tú propones referencias probadas, seguras y seleccionadas con cuidado.
Contigo, el respeto al animal es lo primero. Cada producto o servicio debe reflejar esta ética: seguridad, confort y bienestar.
El cliente que acude a ti no busca una “ganga barata”: busca lo mejor para su perro o su gato. Esa es la diferencia de valor que debes destacar en tu salón, en tus explicaciones y en tu espacio de venta.
¿Cómo presentarlo todo sin parecer un “vendedor de supermercado”?
Sé coherente con tu imagen. Tus productos deben reflejar tus valores (calidad, naturalidad, seguridad, eficacia).
Muestra, explica, aconseja. Un cliente compra más fácilmente un champú o un juguete que te ha visto usar en el salón.
Crea pequeños rituales. Ejemplo: dar una mini-galleta al final del servicio y explicar que el paquete completo está disponible para la venta.
Valora la experiencia del cliente. Tu salón se convierte en un lugar donde se cuida al animal de manera global, no solo su pelo.
Conclusión
No eres “solo” un peluquero.Tu salón puede convertirse en un proyecto completo, donde la peluquería es solo una parte de un universo más amplio: cuidados, productos, consejos y experiencias.
Y recuerda: no puedes competir con las grandes cadenas en precio, pero puedes superarlas con creces en calidad, selección, experiencia y respeto al animal.
Esa es la visión que transformará tu pequeño salón en un negocio sostenible, rentable y único en tu mercado.





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