¿De verdad hay que decirlo todo?
- Nathalie Ariey-Jouglard

- 17 jul
- 2 Min. de lectura

La frontera entre la autenticidad y la falta de respeto hacia los clientes
En la era de las redes sociales, la autenticidad se ha convertido en una virtud aplaudida.Nos animan a “ser uno mismo”, a “mostrar el detrás de escena”, a “no ocultar nada”. Pero en una profesión de servicio como la peluquería canina, decir exactamente lo que uno piensa puede ser un terreno peligroso.
¿Dónde termina la transparencia y comienza la falta de respeto? ¿Es posible ser sincero sin herir ni perder la confianza del cliente? Y sobre todo… ¿de verdad hay que decirlo todo?
La autenticidad no sustituye el profesionalismo
Son agotadores los días en los que hay que sonreír, escuchar y mantener la paciencia constantemente.Y en ese cansancio, es comprensible querer decir lo que uno siente.Pero cuidado: no confundamos autenticidad con falta de filtros.
Ser auténtico no significa decirlo todo, en cualquier momento, a cualquier persona.
Un profesional sabe cuándo hablar, cómo hablar, y con qué propósito. El profesionalismo también es saber comunicarse incluso bajo presión.
Las redes sociales no son tu diario íntimo
Un post sarcástico, una anécdota mordaz, una captura de pantalla de un cliente complicado…Lo que compartes en un momento de frustración puede convertirse rápidamente en:
algo sacado de contexto,
algo que el cliente reconozca,
o incluso en una agresión pública.
Lo que parecía una “expresión honesta” se convierte en una falta de respeto percibida.La línea es delgada, y el daño puede ser real.
Expresar sí… pero de forma adecuada
Es sano expresar lo que sentimos. Pero debe hacerse en el espacio correcto:
Hablarlo en privado con colegas de confianza
Participar en grupos profesionales sin juicio
Crear contenidos pedagógicos en vez de publicaciones polémicas
Mejorar las herramientas de comunicación con el cliente
Cuando elegimos bien cómo expresarnos, transformamos la frustración en algo útil y constructivo.
Una formación que te ayuda a comunicar con claridad y respeto
La metodología DAATA-ICDG no solo propone una forma de trabajar más natural y fisiológica. También enseña a comunicarse con los clientes de forma clara y sin conflictos.
Aprenderás a:
establecer límites sin generar malestar,
hacer respetar tus decisiones sin confrontación,
rechazar peticiones sin sentirte culpable.
Y sobre todo, DAATA-ICDG te ofrece bases científicas sólidas y comprobadas, que te permitirán explicar con seguridad tus elecciones y rechazos. Así, tus decisiones no se verán como caprichos, sino como actos profesionales y justificados.
Además, la formación te da acceso a una comunidad unida, comprensiva y libre de juicios, donde compartir tus experiencias es seguro.
En resumen
Ser auténtico no significa desahogarse con los clientes. Decir la verdad no debe implicar faltar al respeto. Y ser profesional también es saber cuándo y cómo hablar.
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