Episodio 5 – Aceptar críticas constructivas (aunque duelan)
- Nathalie Ariey-Jouglard
- 28 jul
- 2 Min. de lectura

Recibir una crítica incluso bien intencionada nunca es fácil. Puede doler, molestarnos o herir nuestro orgullo. Y sin embargo, en el mundo de la peluquería, las opiniones de los clientes son una herramienta valiosa para mejorar. Y sí… a veces tienen razón.
Lo importante es saber distinguir entre la mala fe y la crítica legítima, y sobre todo, aprender a convertirla en una oportunidad.
¿Por qué duele?
Cuando un cliente critica nuestro trabajo, no solo señala un fallo técnico.También cuestiona:
nuestro profesionalismo,
nuestra capacidad de comprensión,
y a veces incluso nuestro valor personal.
Detrás de cada comentario hay una carga emocional. Y si no la gestionamos bien, reaccionamos desde la emoción, no desde la razón.
Tipos de críticas constructivas
1. Crítica precisa y objetiva
“El corte está más corto de lo que pedí.”👉 Clara, directa y útil. Hay que escucharla sin tomárselo a mal.
2. Crítica emocional
“No reconozco a mi perro, me da pena.”👉 Expresa una emoción más que un error técnico. Hay que acogerla con empatía.
3. Crítica comparativa
“Antes estaba mejor hecho / más suave / más uniforme.”👉 Puede doler, pero suele indicar una necesidad de regularidad o una falta de comunicación.
¿Cómo responder ante una crítica justificada?
Respirar antes de contestar
Dejar que pase la emoción. Mantener la calma.
Escuchar de verdad hasta el final
No interrumpir, no justificarse de inmediato. La mayoría de las veces, el cliente solo quiere ser escuchado.
Reformular para mostrar que entendiste
“Entonces, ¿prefería que las patas quedaran más largas esta vez?”
Agradecer el comentario
Aunque duela, un cliente que opina es un cliente que quiere volver.
Proponer una solución si es posible
¿Un retoque gratuito?
¿Anotar la preferencia en su ficha?
¿Aclarar lo que haremos la próxima vez?
Incluso decir: “Lo tendré muy en cuenta la próxima vez” tiene mucho valor.
Lo que se debe evitar
Defenderse de inmediato: puede sonar a desprecio.
Culpar al cliente: “¡Tú dijiste corto!”
Criticar a otros: “El anterior lo hizo mal.”
Enfrentarse: daña la relación.
En resumen
La crítica constructiva duele… pero enseña. Y cuando se entrega con sinceridad, muestra que el cliente quiere más de nosotros.
Aceptar una crítica es una prueba de humildad y de profesionalismo. Y puede ser el inicio de una relación más sólida y duradera.
Nos vemos el próximo lunes para el Episodio 6:
“Cómo reparar un error sin perder la dignidad”
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