Qué dice la ley cuando un peluquero canino critica a un cliente en redes sociales
- Nathalie Ariey-Jouglard
- 28 ago
- 2 Min. de lectura

Lo que debes saber si eres profesional del cuidado animal
Las redes sociales son herramientas poderosas… pero también pueden ser peligrosas.Para los peluqueros y groomers, criticar a un cliente en público, aunque sea de forma indirecta, puede tener consecuencias legales y profesionales importantes.
En la mayoría de los países, hay leyes que protegen la reputación, la imagen, y la privacidad de las personas. Y un solo post mal calculado puede dañar tu negocio, tu credibilidad, o incluso meterte en problemas legales.
Libertad de expresión… con límites
Muchos países protegen el derecho a expresarse libremente.Pero eso no significa que se pueda insultar o exponer a los clientes públicamente sin consecuencias.
Según la legislación de tu país, puedes enfrentar problemas por:
Difamación (acusar o desacreditar sin pruebas)
Insultos públicos
Violación del derecho a la intimidad o la imagen
Divulgación de datos personales (nombre, mensajes, citas…)
Incluso si no se menciona directamente a la persona, si es reconocible por el contexto o las imágenes, podría haber consecuencias.
Tres conceptos clave (válidos en muchos países)
1. Difamación
Decir públicamente que un cliente descuida, maltrata, o engaña, sin pruebas sólidas, puede considerarse delito.
Ejemplos:
“Esa clienta no cuida a su perro, es casi maltrato.”
“Él siempre intenta irse sin pagar.”
Aunque no digas su nombre, si alguien lo reconoce… podrías tener problemas.
2. Insulto o humillación pública
Comentarios ofensivos, sarcásticos o despectivos sobre los clientes, aunque parezcan humor, pueden considerarse acoso.
Ejemplos:
“Hoy vino otra inútil con un perro hecho un desastre.”
“Algunas personas no deberían tener animales.”
Esto puede dañar tu imagen, generar conflictos, o incluso ser denunciado.
3. Derecho a la imagen y protección de datos
En países como España, México, Colombia o Argentina, no se puede compartir la foto de un cliente ni de su perro sin su consentimiento, especialmente si va acompañada de información identificable (nombre, cita, mensajes, etc.).
En la Unión Europea, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) impone sanciones por este tipo de prácticas.
Lo privado no siempre es tan privado
Un grupo cerrado de Facebook o una historia para “amigos cercanos” en Instagram no garantizan privacidad.
Basta una captura de pantalla para que el contenido se haga público.
Y si llega al cliente afectado, eres tú quien responde legalmente.
Antes de publicar, piensa…
Hazte estas preguntas antes de escribir o compartir algo:
¿Esto lo diría delante del cliente en persona?
¿Alguien podría sentirse aludido o identificado?
¿Estoy protegiendo mi imagen profesional?
¿Aporta algo útil o solo estoy descargando frustración?
A veces, guardar silencio o hablar en privado con un colega de confianza es lo más sabio.
En resumen
El cliente puede tener sus errores, pero como profesional, tú tienes una responsabilidad.Y esa responsabilidad también se refleja en lo que publicas y cómo lo expresas.
Cuida tu imagen. Cuida tu reputación.Y si dudas… no publiques.
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